Confía en mí...

Hoy es un día grande, muy grande, porque señores hoy, recordándonos a cierto pasaje bíblico, se puede decir que: el Estado de Derecho ha resucitado. Hoy la justicia nos ha brindado una mano a la que agarrarnos, hoy a un asesino se le ha aplicado justicia, y hoy me siento feliz y tranquilo porque se puede confiar en los jueces de este país. Mañana Dios dirá, pero hoy ha ganado la democracia, hoy gana España y también hoy ganamos todos.

No voy a decir que en estos días tenía la total seguridad de que la Audiencia Nacional fallará en contra del chantaje del terrorista, porque no estaría siendo sincero. Lo cierto es que me daba pavor, un miedo que me circundaba y siseaba al oído: el Estado de Derecho ha muerto y con él, España... Pero no ha sido así, y celebro haberme equivocado, no saben ustedes hasta que punto.

Esta mañana se respiraban humos de tensión, una tensión tan pesada y espesa que, como se suele decir, se podía cortar a cuchillo. Porque la gente realmente estaba preocupada, y me atrevo a decir que les preocupaba lo mismo que a un servidor: Que ETA apretase otra vez el gatillo con éxito, dejando tras el disparo una víctima más, nuestro Estado de Derecho. Y sin él la muerte de cualquier país democrático, sin pilares sobre los que descansa nuestra triste y resquebrajada patria. Sí, señores, porque al menos aún quedará una persona que ama a su patria, y que se entristece cuando la humillan e insultan, más aún cuando la manchan con sangre. Es triste que a una persona sienta este ciego amor por su país y la tachen, cierta ingente cantidad de ignorantes, de facha o de miembro de la ultra-derecha... Me queda el consuelo de no ser el único, y la lástima de aquellos que se empeñan en profanarla. Pero jamás me ha de quedar la vergüenza de sentir lo que siento y lo que soy.

José Ignacio de Juana Chaos

Al ver su cara podemos percibir el odio, casi se puede oler la podredumbre que lo embriaga. Su desprecio por la vida no solo ajena, pues con su (discutible) huelga de hambre delata que no siente apego ni por la suya propia. Mírenlo bien, este individuo, este asesino, lleva un peso encima con él, el peso de 25 cadáveres (sin contar en su haber con aproximadamente unos 70 heridos). Este demonio casi se escapa de una cárcel de la que no debería salir en lo que le queda de vida. Si se le puede llamar vida a vivir con semejante precio de sangre. No estoy a favor de la pena de muerte por principios morales, pero sí puedo comulgar con la cadena perpetua. Así pues, ojalá no pise jamás el suelo del camino de la libertad, y que sufra lo que se merezca.

Por todo lo que es y por todo lo que se merece, hoy es un gran día. Porque hoy no se ha cedido al chantaje político. Un chantaje que no sufríamos desde el satánico atentado de Miguel Ángel Blanco, pero hoy es diferente. Hoy el monstruo de ETA se unirá a uno se sus secuaces y no probará bocado. Hoy es un día sin víctimas, hoy es un día feliz. ¿He dicho ya que hoy es un gran día? Pues lo reitero: HOY ES UN GRAN DÍA.

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ACTUALIZACIÓN 27/ENERO/2007

Han pasado unos días y ya no estoy tan seguro de mi alegría, pues se me plantean ciertas dudas. Ya que con el debate de la excarcelación del terrorista, muchos políticos inevitablemente se han retratado, son el caso de tipejos como Iñaki Anasagasti, Manuel Chaves y demás personajes del actual gobierno de nuestra nación...

¡Cuidado! se me plantea peligroso, que el futuro inmediato del país esté en manos de personajes de este talante político. Declaraciones como las del senador Anasagasti que piensa que los jueces pueden haber ejecutado una pena de muerte, se me antojan como digo, peligrosas...

Es realmente repugnante...